Una de las promesas estrella dirigidas a pymes y autónomos del Gobierno en materia fiscal iba enfocada al momento de pagar el IVA de las facturas, puesto que muchas veces (cada vez más en los últimos años), ese IVA pagado por las pymes no se corresponde con el cobro real del producto o servicio vendido.Las promesas del Gobierno iban encaminadas a que las empresas sólo tendrían que pagar el IVA de las facturas en el momento de cobrarlas, también conocida como el IVA en caja. La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, ha asegurado que esta medida “será una realidad”.
Sin embargo, va a ser más que complicado aplicar el IVA en caja, tal como publica El Economista.
Y es que a los lógicos problemas técnicos para implementar la medida se suman otros de carácter administrativo y legal. En este sentido, la propia Unión Europea limita esta posibilidad, ya que permite, a través de una directiva comunitaria de 2010 acogerse a una norma excepcional para el IVA que ahora el Ejecutivo debe solicitar y Bruselas homogeneizar con las que ya se desarrollan en otros países miembros.
Además, hay que sumarle que la medida tampoco se podrá aplicar con carácter general y deberá restringirse a algunos casos concretos que todavía están por definir. Ahora mismo se especula con que se destinen para los colectivos de autónomos y pymes con un tope por cantidad de facturación. Además, también se limitarían a determinados ámbitos de facturas, presumiblemente para las Administraciones Públicas.
¿Y qué pasa con el resto de pymes y autónomos que no estén dentro de los baremos? Parece ser que deberán conformarse con reclamar el IVA en caso de impago.