Casi un 80 por ciento de las empresas españolas no han valorado todavía el ahorro que obtendrían si utilizasen el extracto electrónico en lugar de la factura en papel, según un estudio elaborado por la Asociación Nacional de Empresas de Internet (ANEI). Curiosamente, un 75% por ciento de las empresas reciben facturas en un formato distinto al papel, aunque claro, eso no quiere decir que utilicen la factura-e.
El objetivo planteado por la ANEI con este estudio es arrojar luz sobre el uso actual de las nuevas tecnologías, en concreto de la factura electrónica.
Los resultados son esclarecedores: Usar esta tecnología no sólo supone una reducción en los costes directos de impresión, sino que además señala que existen unos “costes ocultos” que suponen de manera aproximada el 90 por ciento del total.
Según el informe, estos “costes ocultos” se encuentran en la reducción de los plazos de cobro, la mejora en la gestión administrativa, el decremento de los recursos dedicados al recobro y algo muy importante a pesar de que no lo tengamos en cuenta a menudo pero que es uno de los mayores beneficios de la era internet: el menor espacio físico dedicado al archivo y almacenamiento de nuestros documentos que, por otro lado, podemos tener a salvo ‘en la nube’.
Por otro lado, utilizar un recibo electrónico nos servirá para poner a la ley de nuestra parte, llegado el caso. Y es que a la hora de tramitar los expedientes por impago, de acuerdo a la actual Ley de Morosidad, el hecho de tener ese recibo electrónico permite que se considere como probada la comunicación administrativa con el proveedor.
¿Cómo envían las facturas las empresas?
De los datos obtenidos se desprende que las empresas suelen enviar las facturas a través del correo electrónico como vía más utilizada (78,3 por ciento) del total, seguida del correo postal (55,0 por ciento), la mensajería (16,7 por ciento), la descarga de la web (6,7 por ciento).
Los autónomos, las gestorías y las pymes son claros beneficiarios de sistemas que permiten, por ejemplo, gestionar la contabilidad de forma electrónica, con ahorro importante en costes. Algo a tener en cuenta cuando nos planteemos, por ejemplo, nuevas inversiones para mejorar la gestión de nuestro negocio.
Fuente: Expansión.com