Nueva promesa, nueva vuelta de tuerca a la financiación para las pymes. El Gobierno español acaba de anunciar que aprobará una nueva Ley de fomento de la financiación empresarial.
Se trata, ha dicho la vicepresidenta Soraya Sáez de Santamaría de «mejorar los mecanismos alternativos a la financiación bancaria».
De hecho, es algo que había anunciado el propio Mariano Rajoy el pasado mes de febrero cuando aludía, durante el Debate sobre el Estado de la Nación, a «una segunda generación de reformas» que incluye mejorar la financiación no bancaria de pymes en España.
Entre esas medidas, citó la potenciación del capital riesgo, la reactivación del fondo de titulización para pymes o el impulso del mercado alternativo bursátil. Será el camino, del que el Gobierno sólo ha avanzado esta semana que la nueva norma contemplará una revisión en profundidad del sector de capital-riesgo y la flexibilización del régimen de las instituciones de inversión colectiva.
Mientras esta nueva ley se define, el Banco de España ha dado luz verde al hecho de ampliar el concepto de pyme para favorecer el crédito desde los bancos. Ahora, una pyme es la que cuenta con menos de 250 trabajadores y un volumen de negocio anual inferior a 50 millones de euros.
Se cree que el cambio facilitará el crédito porque, desde ahora, un mayor número de préstamos bancarios podrá clasificarse en la categoría regulatoria de exposiciones frente a minoristas, que se beneficia de un tratamiento más favorable a efectos del cálculo de exposiciones ponderadas por riesgo.
Según la normativa, el cien por cien de los préstamos concedidos a una empresa no considerada pyme tiene que ser provisionado, mientras que en el caso de las pymes la provisión baja al 75 %.
La nueva regulación adapta la normativa española al concepto de pyme establecido en 2003 por la Comisión Europea y al imperante en la mayor parte de países europeos.