Esta semana el Gobierno ha lanzado varias noticias en positivo que tienen que ver con la capacidad financiera de la pequeña y mediana empresa. Quizá para ‘animar’ el final de un año negro en lo económico y en lo fiscal -baste con recordar, por ejemplo, la subida del IVA y del IRPF que entró en vigor en septiembre– aunque aún está por ver que las medidas anunciadas surtan su efecto.
El caso es que el ministro de Economía, Luis de Guindos ha hablado de un futuro en el que «el volumen global de crédito» sea inferior al que se llegó a alcanzar durante la burbuja inmobiliaria pero ‘mejor’ distribuido y apuesta por que sean las pymes las que reciban la financiación, en lugar de promotoras y constructoras.
El ministro dice que hubo “empacho” de crédito al sector inmobiliario que llegó a recibir 230.000 millones en 2007. Ahora se ‘acusa’ a este sector de un “mal comportamiento” frente a las pymes de las que Guindos dice que lo hicieron “perfectamente”.
La pequeña y mediana empresa y los autónomos llevan años pidiendo un cambio de dirección en la fluidez del crédito y el ministro acaba de anunciar que el ICO pondrá en marcha en 2013 líneas de mediación especialmente definidas para pymes, aunque no ha dado ninguna pista, tan solo que en el camino el Gobierno pretende acabar con un sistema financiero de “entidades zombies que no competían entre sí y que no daban crédito porque tenían un montón de activos tóxicos, sino que se limitaban a subsistir por subsistir».
Los pagos, a 30 días
Otro punto importante ha sido el anuncio de la reducción de los plazos de pago a proveedores a 30 días para el próximo verano. En este caso, era el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro el que lo anunciaba.
Se aplicará así la Ley de Morosidad derivada de una directiva europea que, entre otras cosas, obligaría a administraciones públicas y a empresas morosas a pagar unos intereses del 8,75% a partir del primer día de retraso, añadidos al importe de la factura pendiente de pagar.
En el caso de las Comunidades Autonómas el dinero llegará a través de un nuevo Fondo de Liquidez Autonómico (FLA), al que podrán acceder siempre y cuando cumplan los plazos en los pagos.
Son, sin duda, buenas noticias para la mayoría empresarial española constituida por pymes y autónomos. Falta que se cumplan.